Son de sobra conocidos los buenos datos que sustenta la reproducción asistida en España. En los últimos 5 años, los tratamientos de reproducción han aumentado un 28%, ayudando a nacer a tres mil niños.

La reproducción asistida, ayuda a cumplir los sueños de muchas familias, y a su vez, logra mantener la natalidad en nuestro país, ya que el número de nacimientos globales decrece año a año, aumenta el número de niños que nacen gracias a un tratamiento de reproducción, el 9 % de los nacimientos en España se dan a través de la reproducción asistida *.

Sin embargo, nadie podíamos imaginar lo que el comienzo del año 2020 nos tenía preparado. Por desgracia, la palabra COVID-19 entro en nuestras vidas, modificándolas por completo, y llevándose por delante diez mil tratamientos que tuvieron que ser suspendidos o retrasados debido a la paralización, ahora sabemos temporal, del trabajo en una clínica de reproducción. Nadie sabíamos lo que estaba por llegar, si era recomendable o no continuar con un ciclo, por
muy necesario que fuera, ya que la actuación del virus en los gametos era desconocida. No sabíamos dar respuesta a nuestros pacientes. La prudencia fue la mejor herramienta en un momento de tanto desconocimiento.

Por suerte, y como todos los especialistas esperábamos, el 24 de Abril, el Ministerio de sanidad dio luz a la reapertura de la actividad reproductiva. No existía vinculación entre el virus y la reproducción, y lo que si existía era un gran muro que frenaba la vida de muchas parejas, si la reproducción no hubiera continuado. Paralizar un tratamiento reproductivo no es algo anecdótico, sino perder la única opción de lograr un embarazo, que es imposible de forma natural.

La medicina reproductiva no supone ningún riesgo, sino un beneficio. Las unidades de reproducción estamos completamente preparadas para asumir la situación, con protocolos aún más estrictos, que aseguren la fiabilidad del proceso.

A todo ello, hay que sumar importantes estudios científicos, como el publicado en la revista Human Reproduction, que revela que“los óvulos de mujeres con COVID-19 no contienen el virus y, por tanto, es muy poco probable la transmisión denominada vertical madre-feto”.

Por todo ello, sigamos confiando en la gran calidad de los tratamientos de reproducción asistida en España, y desde la Unidad de reproducción Ginfer os animamos a que forméis parte de la maravillosa familia de padres que cumplen su deseo, sin que ninguna barrera os frene en vuestro camino.

Laboratorio de embriología


*Todos los datos son aportados por la SEF (Sociedad Española de Fertilidad) y el INE (Instituto Nacional de
Estadística).